El concepto de salud ha cambiado con el tiempo

El concepto de salud ha sido un tema de estudio y preocupación para la humanidad desde tiempos remotos. A lo largo de la historia, el entendimiento de lo que implica estar saludable ha evolucionado acorde a los avances científicos, las costumbres y el contexto social y cultural de cada época. En este post, exploraremos cómo ha cambiado la percepción de la salud con el tiempo y cuál es su panorama actual.

Salud en las civilizaciones antiguas

En la antigüedad, muchas culturas concebían la salud como un equilibrio entre las fuerzas vitales o espirituales del cuerpo. Por ejemplo, en la medicina china tradicional se buscaba mantener el equilibrio entre el Yin y el Yang, dos fuerzas contrapuestas pero complementarias que rigen todos los fenómenos naturales. De manera similar, en la cultura egipcia se creía que la salud en el cuerpo humano dependía del equilibrio entre los cuatro humores (sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra).

Es importante destacar que en estas culturas no se hacía una distinción clara entre lo físico y lo mental; ambos aspectos eran considerados como parte integral de un todo. Además, no existían especialistas médicos como tal: chamanes, sacerdotes o médicos curanderos eran los encargados de realizar tanto prácticas medicinales como rituales espirituales para curar a sus pacientes.

El surgimiento de la medicina científica y especializada

Con el avance del tiempo y especialmente desde el Renacimiento en adelante, se comenzó a desarrollar una visión más científica y especializada sobre la salud. Desde entonces hasta mediados del siglo XX, la medicina occidental se caracterizó por un enfoque basado en abordar principalmente los aspectos físicos del cuerpo humano a través de técnicas diagnósticas y terapéuticas cada vez más sofisticadas.

Esta perspectiva reduccionista hizo que se descuidara el aspecto emocional y mental de los pacientes, generando un modelo biologicista centrado únicamente en combatir enfermedades y tratar síntomas.

La visión holística e integral de la salud

A partir de mediados del siglo XX se comenzó a cuestionar este enfoque limitado de la salud. En 1948, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la salud como “un estado completo bienestar físico, mental y social y no meramente ausencia de enfermedad”. Este cambio representó un punto de inflexión al otorgarle igual importancia al bienestar emocional y social del individuo.

Actualmente, prevalece un enfoque más holístico o integral sobre cómo mantenernos saludables. Se entiende que nuestro estado general es producto del equilibrio entre aspectos biológicos (genéticos), mentales (emociones), sociales (relaciones interpersonales) e incluso ambientales-ecológicos (calidad del aire o presencia de contaminantes).

Además, se le da cada vez más relevancia a medidas preventivas como llevar estilos vida adecuados (nutrición balanceada, actividad física regular…), mantener relaciones interpersonales sanas e realizar intervenciones tempranas para evitar situaciones crónicas o degenerativas. La aparición también de disciplinas como la medicina psicosomática o estudios sobre determinantes sociales reflejan esta tendencia hacia un manejo multidisciplinario e integrador.

El concepto de salud ha sufrido importantes cambios a lo largo del tiempo, desde visiones místicas hasta modelos científicos basados en conocer y manipular sistemas complejos biológicos. A día de hoy lo ganado durante estos siglos debe converger hacia soluciones integrales eficaces que aborden al ser humano desde sus múltiples dimensiones.

Una atención sanitaria moderna debe enfocarse tanto en tratar enfermedades como en promover estilos vida adecuados; nuestro ideal debería pasar por fomentar una vida plena tanto física como emocionalmente reconociendo siempre cada persona como un individuo único frente su propia realidad social-contextual.